miércoles, 18 de diciembre de 2013

Darle sentido

¿Te gusta Hornby, te gusta el fútbol? Tenés que leer Fever Pitch, me decían, pero yo me resistía. Y me resistía por una razón que Hornby entendería perfectamente: el libro relata su vida junto a Arsenal, y yo en Inglaterra soy hincha de su archi-rival, Tottenham. Pero yo estaba pensando en escribir algo sobre el Rojo en la B (y es un proyecto en el que estoy trabajando hace un par de meses), venía leyendo las Crónicas Canallas de Santi Llach por Facebook (ya haremos la reseña por acá) y como si fuera poco un día cayó al palco al que estoy yendo en el Libertadores de América un inglés, hincha de Arsenal, y me dijo no seas boludo y leélo. Entonces lo leí, y acá lo comento, pero en vez de Arsenal pongo Independiente (que después de todo son rojos los dos).
La decisión de no leerlo era claramente irracional, pero ese es justamente el punto. Ser hincha de fútbol es tan irracional como una religión. Hornby (a quien amamos por High Fidelity, About a boy y dos libros reseñados aca: Juliet, Naked y How to be good) se pregunta "qué es lo que separa aquellos que están contentos con ir a seis partidos por temporada - ver los partidos importantes, alejarse de los de porquería, sin duda la opción razonable - de aquellos que se sienten obligados a ir a todos". (p. 9) Sí, en parte es la obsesión o la irracionalidad, pero no sólo: "no es un escape, ni una forma de entretenimiento, sino una versión distinta del mundo". (p. 156) Quienes describen a un evento deportivo como el mejor de su vida no carecen de imaginación ni tienen vidas tristes y vacías: "es simplemente que la vida real es más pálida, más aburrida y tiene menos potencial de delirio inesperado." (p. 223)


La irracionalidad tiene que ver con lo identitario: hay pocas cosas más identitarias para cualquier persona que lo que es el club para un hincha. Esa identidad es lo que produce lealtades irracionales: "la lealtad, al menos en términos futbolísticos, no era una elección moral como la valentía o la bondad; era más bien como una verruga o una joroba, algo con lo que te habías clavado. Los matrimonios ni se acercan en rigidez - no vas a ver a ningún hincha de Independiente escapándose a Racing para transar un poquito fuera del matrimonio, y aunque el divorcio es una posibilidad (podés simplemente dejar de ir si las cosas se ponen muy mal), engancharte de nuevo es impensable." (p. 27) A muchos les gustaría poder dejar de ir a la cancha si el producto es malo, como lo hacemos con un restaurante, pero eso no es ser hincha. "Para nosotros, el consumo lo es todo; la calidad del producto es inmaterial." (p. 142)
Hornby relata esto a lo Hornby: con humor y velocidad, pero también con profundidad emotiva y con inteligencia. Nos describe la masculindad del estadio de fútbol; la insatisfacción como estado natural del hincha; la otredad de clase de los ricos que llegamos a lo popular a través del fútbol; esa otra sociabilidad que se genera en la cancha (con los que tienen plateas o palcos cerca, con los que van a tu mismo sector en la popu), y las cábalas y rituales, que aparecen totalmente racionales en medio de tanta irracionalidad. "¿Qué más podemos hacer siendo tan débiles? Invertimos horas todos los días, meses todos los años, años en cada vida en algo sobre lo que no tenemos control; ¿puede acaso sorprender entonces que estemos reducidos a crear ingeniosas aunque extrañas liturgias diseñadas para darnos la ilusión de que somos poderosos después de todo"? (p. 103) 
Millones de hinchas en el mundo enlazan sus vidas con las de sus equipos. Uno que conozco decía que se casó con su mujer gracias a Independiente porque el Rojo andaba bien y eso le subió la autoestima y se animó a invitarla. En el núcleo narrativo de Fever Pitch pasa algo parecido: un hecho futbolístico se derrama hacia la vida personal del hincha; en un cuento que escribí hace unos meses (ver Corazón) pasaba más o menos lo mismo. Y como la literatura es lo que nos pasa, como la literatura es siempre subjetividad al palo, sólo la literatura te puede explicar el fútbol. Por eso si te gusta el fútbol y la literatura tenés que leer Fever Pitch, y por eso cada vez me convenzo más de que mi proyecto de escribir sobre el Rojo tiene sentido, porque sólo escribirlo te permite darle sentido.

Citas usadas arriba
"football's a great game and everything, but what is that separates those who are happy to attend half a dozen games a season - watch the big matches, stay away from the rubbish, surely the sensible way - from those who feel compelled to attend them all?" (p. 9)
"it is not an escape, or a form of entertainment, but a different version of the world" (156)
"be tolerant of those who describe a sporting moment as their best ever. We do not lack imagination, nor have we had sad and barren lives; it is just that real life is paler, duller, and contains less potential for unexpected delirium." (223)
"loyalty, at least in football terms, was not a moral choice like bravery or kindness; it was more like a wart or a hump, something you were stuck with. Marriages are nowhere near as rigid - you won't catch any Arsenal fans slipping off to Tottenham for a bit of extra-marital slap and tickle, and though divorce is a possibility (you can just stop going if things get too bad), getting hitched again is out of the question." (27)
"I would like to be one of those people who treat their local team like their local restaurant, and thus withdraw their patronage if they are being served noxious rubbish. But unfortunately (and this is one reason why football has got itself into so many messes without having to clear any of them up) there are many fans like me. For us, the consumption is all; the quality of the product is immaterial." (142)
"But what else can we do when we are so weak? We invest hours each day, months each year, years each lifetime on something over which we have no control; is it any wonder, then, that we are reduced to creating ingenious but bizarre liturgies designed to give us the illusion that we are powerful after all, just as every other primitive community has done when faced with a deep and apparently impenetrable mystery?" (103)

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