lunes, 10 de septiembre de 2012

No me convenció



El viernes publicamos un documento en la Fundación Pensar sobre el proyecto de permitir el voto optativo a los jóvenes de 16 y 17 años. El documento entero (que escribimos con María Alegre) se puede leer acá. Lo que hicimos en el documento fue buscar antecedentes de la discusión, intentando no juzgar antes de leer lo que estuviera al alcance; y encontramos que ambas posiciones pueden ser defendidas razonablemente. Las principales líneas fueron las siguientes:
- Estudio comparativo de países. Como decíamos acá, sólo 14 sobre 195 países en el mundo habilitan el voto a menores de 18. (Austria, Brasil, Bosnia, Corea del Norte, Cuba, Ecuador, Eslovenia, Guernsey, Jersey, Indonesia, Isla de Man, Nicaragua, Sudán y Timor del Este.) Es cierto que son pocos y no necesariamente países similares al nuestro, pero había una época en la que casi todos los países negaban el voto a la mujer, por ejemplo.
- Equiparación de edades. Hay quienes dicen que el voto debe ser permitido desde la misma edad en que comienzan otras obligaciones o derechos. En Argentina, algunos dicen que eso prueba que debe pasarse a los 16, donde hay imputabilidad penal (aunque limitada), entre otras cosas; otros, en cambio, alegan que es mejor mantener la edad de votación junto con la edad en que se adquiere la mayoría plena.
- ¿Se está maduro para votar a los 16? Algunos creen que esta es la gran cuestión, pero es verdad también que hay gente que está inmadura para votar a los 18, a los 25 y por qué no a los 52. Insistir con este punto es casi deslizarse hacia argumentos en defensa del voto calificado. Igualmente, tampoco hay estudios científicamente concluyentes que prueben la inmadurez o la madurez a los 16 años.
- ¿Negar el voto es violar los derechos humanos de los jóvenes de 16 a 18? Hay quienes dicen que sí, comparando los movimientos por el voto de los jóvenes con los de las mujeres, minorías étnicas, etc. Otros replican que es una limitación transitoria, temporal, por lo que es difícil emparentar un caso con otro. Por otro lado, para el caso argentino la respuesta de algunos es preguntar dónde está la movilización juvenil o popular por el sufragio.
En definitiva, hay argumentos para uno u otro lado. Esto es lógico porque, al fin de cuentas, la fijación de cualquier edad como umbral es un acto arbitrario. ¿Por qué 18 y no 17? ¿Porque no 21, o 14, o 6?
Eso es lo que dice el documento.
Lo que digo yo, acá, es que si no hay argumentos fuertes para el cambio, ni una movilización para lograrlo, ni demasiado interés social (sólo político), quizás lo mejor sea dejar la cosa como está. Que los chicos terminen tranquilos el secundario (y tratemos que termine más de la mitad): ya tendrán tiempo para votar durante el resto de sus vidas.

1 comentario:

  1. es cierto lo que decis que la discusión se está dando dentro del marco político sin que haya un empuje social que lleve a eso, pero por otro lado, quien dice que debe ser así siempre? la discusión me parece interesante y concuerdo en que no se puede determinar la madurez o inmadurez de la gente de 16 años y a partir de ahi dictaminar una legislación. yo estoy a favor de la posibilidad de que los chicos de 16 voten, obviamente opcional y sin obligatoriedad, pero aca es donde planteo una cuestión: que la inscripción en el padrón no sea automática y que sea voluntaria. así te aseguras que quienes vayan a sufragar previamente hayan pasado por un filtro de demostrar su voluntad de votar. así como hay chicos que a los 16 viven en la infancia aun, los hay tambien que sienten y viven su adolescencia inmersos en el mundo político y social y con muchisimos intereses mayores que ellos mismos. a ellos se les debe el derecho de votar.

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